Efeméride • 29 June 2021
Pablo Pedro de Astarloa, defensor de la identidad vasca
La afirmación de una identidad vasca no es algo que comenzara en el siglo XIX. Desde finales del siglo XV o principios del XVI, la historiografía vasca manifiesta una conciencia propia y diferenciada de lo vasco en torno a la lengua y al régimen foral. Y uno de estos defensores de la identidad vasca fue Pablo Pedro de Astarloa.
Pablo Pedro de Astarloa nació en Durango (Bizkaia), tal día como hoy, el 29 de junio de 1752, pero a los dos años, tras la muerte de su padre, se trasladó a Markina (Bizkaia), donde pasó su infancia. Estudió Filosofía y Teología en el seminario de Larresoro (Lapurdi). Tras ordenarse sacerdote, residió en su villa natal hasta que en 1802, privado de sus ingresos por la desamortización de Godoy, se trasladó a Madrid. Astarloa gozaba ya de fama de buen orador y de políglota, ya que según sus contemporáneos dominó 60 lenguas entre idiomas y dialectos. Además de su labor sacerdotal, la inmensa mayoría de sus trabajos versaron sobre el euskera. Hombre de amplia cultura, estudió a Lorenzo Hervás, lingüista y filólogo, padre de la lingüística comparada, y fue, junto con Juan Antonio Moguel, colaborador del filósofo y lingüista prusiano Wilhelm von Humboldt. Humboldt siempre se refirió a Astarloa con admiración y fue su principal fuente en materia de gramática vasca.
Su primera obra publicada fue “Apología de la Lengua Bascongada o ensayo crítico filosófico de su perfección y antigüedad sobre todas las que se conocen” (Madrid, 1803). Con ella, Astarloa respondía al lingüista e historiador español Joaquín Traggia (1748-1802), quien en un artículo publicado en el Diccionario geográfico-histórico de España había atacado al euskera y a los fueros vascos. En respuesta, Astarloa afirmó que el euskera era la lengua primitiva de la península Ibérica. La aparición de la “Apología” de Astarloa originó en Madrid muchos juicios en su contra, la mayoría instigados por el Gobierno de Godoy, que buscaba la supresión de los fueros vascos. Debemos tener en cuenta que Astarloa vivió en una época de desatada polémica foral en la que los ataques al euskera, como hoy en día, fueron utilizados como armas políticas.
En 1804 aparecieron la segunda y la tercera de sus obras publicadas: “Reflexiones filosóficas de defensa de la Apología de la lengua vascongada o Respuesta a la censura crítica del cura de Montuenga” y “Carta de un vascongado al señor don Tomás de Sorreguieta”.
Astarloa dejó varias obras manuscritas inconclusas, que se conservan hoy en la Biblioteca de la Diputación Foral de Bizkaia, como son: “Proyecto de un vocabulario vascongado” y “Recolección de adagios vascongados”.
Por último, cabría destacar que los discursos filosóficos de Astarloa influyeron más tarde en pensadores como Resurrección Mª de Azkue (1864-1951) o el propio Sabino de Arana y Goiri (1865-1903).
Pablo Pedro Astarloa falleció en Madrid el 2 de junio de 1806.