Nota de prensa 28 October 2019

La familia Atxa-Camino dona a Sabino Arana Fundazioa un valioso fondo documental

Creado y conservado a lo largo de toda su vida en común, el fondo es fruto de una existencia marcada por un intenso compromiso con los valores de la democracia, la cultura, la lengua y la identidad vascas.

La familia Atxa-Camino dona a Sabino Arana Fundazioa un valioso fondo documental

Familiares del gudari y exalcalde de Gordexola por EAJ-PNV, Alberto Atxa Atxa, (1913-2001), y de su esposa, Pepita Camino Arana,  (1923-2019), otro referente jeltzale del municipio encartado, han donado a Sabino Arana Fundazioa un valioso fondo documental creado y conservado a lo largo de toda su vida en común, fruto de una existencia marcada por un intenso compromiso con los valores de la democracia, la cultura, la lengua y la identidad vascas.

 

Forman este conjunto documental numerosos álbumes fotográficos, documentos relativos al nacionalismo en Gordexola y a la actividad abertzale de la pareja: ikurriñas, objetos personales, etc. Como ejemplo de la implicación de Alberto y Pepita con el nacionalismo vasco recordamos que con la llegada de la democracia, la familia Atxa-Camino cedió la planta baja de su casa en Gordexola para que albergara el Batzoki.

 

El fondo ahora recibido complementa al donado en los años 1996-1997 por Alberto Atxa, formado por numerosas cartas, certificados, expedientes, fotografías, etc., fechadas entre 1940 y 1990, donde se documentan las sentencias -a prisión y muerte- y persecución que sufrió durante el franquismo.

 

Alberto Atxa Atxa fue alcalde de Gordexola entre 1986 y 1991, tras haber desempeñado la responsabilidad de primer teniente de alcalde desde las primeras elecciones posteriores a la dictadura franquista de 1979. Alberto fue un activo militante abertzale durante los años de la República. Al comenzar la guerra fue gudari del batallón “Lenago il”. Tras la caída de Bizkaia fue detenido en Gordexola el 2 de abril de 1938. Juzgado en consejo de guerra, fue condenado a la pena de muerte. Solo la acción de la Red Álava, que escondió y más tarde falsificó su expediente, impidió su ejecución en el penal de Burgos. Con posterioridad, la pena de muerte fue conmutada por la de 30 años de prisión y, después, por la de 20 años y un día. Obtuvo la libertad condicional en 1944, tras casi seis años de encarcelamiento, no obteniendo el certificado de liberación definitiva hasta bien entrado 1957. Una vez fuera de la cárcel, perseguido en su propio pueblo, no tuvo más remedio que marcharse, afincándose en Donostia. Cuando las condiciones mejoraron pudo regresar a Gordexola. Activo militante abertzale durante la dictadura no faltó nunca, junto a su mujer Pepita, a las ilegales convocatorias nacionalistas como la del Aberri Eguna, además de cotizar siempre a favor de la resistencia. En 1979, fue elegido apoderado a Juntas Generales de Bizkaia y concejal del Ayuntamiento de Gordexola. Una plaza del municipio acoge una escultura en recuerdo de Alberto.

 

Su mujer, Pepita, fue hilandera del grupo de danzas del Batzoki de Galdames antes de la guerra. Hasta su reciente muerte, las asambleas de EAJ-PNV de Gordexola se seguían celebrando en el bajo de su casa, la misma Organización Municipal que le homenajeo por su militancia de décadas, agradeciéndole las miles de tortillas que cocinó en el Batzoki.

 

Alberto y Pepita vivieron siempre muy vinculados a Gordexola luchando en todo momento por sus ideales y por la libertad de Euskadi.