Efeméride • 16 de abril de 2021
“Kili-Kili”, por la promoción del euskera entre la población infantil
Tal día como hoy, el 16 de abril de 1966, al amparo de la Euskal Katekesia de la parroquia de San Antón de Bilbao y de la mano de su párroco, Claudio Gallastegi, y de José Antonio Retolaza, salía a la luz un cuadernillo dirigido a los niños y niñas vascoparlantes.
Los primeros números se distribuyeron en fotocopias y a partir del 21 comenzaron a imprimirlos. Nadie podía imaginarse que aquella iniciativa, de apariencia efímera, llegaría a convertirse en el más duradero y ambicioso proyecto de la prensa infantil vasca de la época. Siempre en euskera, se dirigía a los niños y niñas como si uno más de ellos se tratara. Llegaba a todos los pueblos gracias a la gran red de voluntariado que la distribuía desde las parroquias.
Ya en 1959, el capuchino navarro Felipe de Murieta había decidido promocionar el euskera entre los niños y niñas euskaldunes a través de unas sencillas hojas que durante nueve años constituyeron "Umeen Deia" (La voz de los niños).
La propuesta de "Kili-Kili" (cosquillas) recogía su testigo en las mismas precarias condiciones en las que se había visto obligado a trabajar Murieta. Los primeros escollos administrativos los pudieron salvar gracias a la asociación Euskerazaleak, que se ofreció como soporte legal a la publicación. De esos primeros años son los cuadernos de alfabetización “Lan ta Lan” para los niños de siete a diez años; “Ekin ta Ekin” para chicos y chicas de 11 a 13; y “Jarrai” para los adolescentes de 14 y 15, diversificados dialectalmente en bizkaino, gipuzkoano y labortano. No fue hasta las Navidades de 1976 cuando la revista obtuvo su autorización legal.
A partir de ese momento, la nueva revista o “cómic” iba a convertirse en una publicación mensual de 16 páginas, a color, editada en los distintos dialectos, distribuida mediante suscripción anual, y por cuyas páginas iban apareciendo “Asterix”, “La pantera rosa”, “Mortadelo y Filemón” y otros personajes populares adaptados a los niñas y niños vascos, con secciones de divulgación cultural y entrevistas a personajes famosos de la época como Iribar o José Miguel de Barandiaran.
De esta forma, hasta la institucionalización de la enseñanza en euskera, Kili-Kili conformó un sistema de educación a distancia, alfabetizando a miles de niños y niñas vascos de los diferentes herrialdes, impulsando el euskera como lengua vehicular.