Efeméride • 26 de junio de 2020
Primera peregrinación nacional vasca al santuario de Lourdes
Entre el 23 y el 25 de julio de 1910, el PNV organizó una primera peregrinación nacional de fieles con el objetivo de reunir allí a vascos de ambos lados de los Pirineos.
A principios del siglo XX, el PNV no sólo comenzaba a aglutinar cada vez más votos en las urnas; como partido confesional que era, resumido en su lema “Jaungoikoa eta Lege Zaharra (JEL)”, también era capaz de atraer a miles de vascos católicos nacionalistas que no se sentían para nada identificados con las fuerzas políticas católicas españolistas.
En aquellos años, la localidad bearnesa de Lourdes se había convertido en lugar habitual de peregrinaje para los vascos por sus apariciones marianas. Aprovechando la coyuntura, entre el 23 y el 25 de julio de 1910, el PNV organizó una primera peregrinación nacional de fieles con el objetivo de reunir allí a vascos de ambos lados de los Pirineos.
Hoy queremos traer a esta sección, aquel acontecimiento y la historia del estandarte -una verdadera obra de arte textil- que se confeccionó para ser entregada a la Virgen y que, finalmente, no pudo ser depositado en el Santuario mariano.
El estandarte se realizó siguiendo el diseño de Luis de Arana para la bandera de la Confederación Euskadiana. En el centro de la cruz blanca se destaca el escudo de Euskadi, enlazado con la inicial de María, bajo la augusta corona de la Reina del cielo.
Sobre faja azulina se lee: “Zure egapian artu gagixus”. Pequeñas aspas verdes sobre cenefa de plateado campo, significando libertad en Dios rodean el escudo y en lo alto, una cruz, también de plata, nos habla de redención.
El reverso es de color escarlata y en la parte inferior en letras verdes aparece esta inscripción: "Lenengo Euzkotar ozterea Lourdesera. 1910'go Garilla'ko 23-14-15etan".
Fue llevada por el mismo Luis de Arana como abanderado en dicha peregrinación. Aunque en principio el objetivo era dejarlo en el mismo santuario, la negativa del obispo de Tarbes hizo que se volviera a traer a Euskadi. Para esta importante movilización se utilizaron, cinco trenes regulares y cinco trenes especiales que partieron de Bilbao, Sukarrieta, Maltzaga y Donostia.
Posteriormente, sería también utilizado también en la segunda peregrinación efectuada un año después. En ambas peregrinaciones, los vascos sufrieron gran cantidad de desaires por parte de las autoridades eclesiásticas francesas, presionadas por el clero español.
Durante el franquismo fue entregado a la familia Torner de Zarautz, quien lo conservó hasta su donación a Sabino Arana Fundazioa.
En el reportaje adjunto de Iñaki Goiogana encontrarás el contexto histórico en el que se realizaron estas peregrinaciones.