Nota de prensa 18 de octubre de 2017

Actores y protagonistas de nuestra memoria cultural

La Fundación Bilbao 700 y Sabino Arana Fundazioa analizan hoy y mañana, 18 y 19 de octubre, respectivamente, en sendas jornadas, las manifestaciones y expresiones culturales vascas surgidas durante el primer tercio del siglo XX y más concretamente, las desarrolladas durante la dictadura en las lamentables condiciones impuestas por el franquismo.

Actores y protagonistas de nuestra memoria cultural

En la jornada de hoy el exdirector del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, ha afirmado que la Guerra Civil causó la destrucción de la “trama” artística vasca y rompió la continuidad de un ciclo creativo, iniciado en el último cuarto del siglo XIX, que había logrado excelentes resultados a pesar de su carácter epigonal con respecto al arte europeo.

Viar ha recordado que “la muerte y el exilio acabaron con la presencia en Euskadi de señalados creadores”. Según Viar, autor de “Historia del arte vasco. De la Guerra Civil a nuestros días (1936-2016)”, de próxima aparición, “la situación culturalmente hostil que se creó en la postguerra agostó los estímulos creativos”. 

El estudioso de arte ha recordado a ilustradores como “Nik”, Luciano Quintana Madariaga, Luis Lasheras Madinabeitia o Juan Cabanas Erauskin, etc., cuya dedicación a la propaganda los tuvo ocupados “durante los años del conflicto”. También se ha detenido en analizar la obra de artistas como Aurelio Arteta, creador de las “pinturas más conmovedoras, valiosas y de mayor valor simbólico que se produjeron en el arte vasco por razón de la Guerra Civil”. Y ha destacado la intensa labor en el exilio de artistas de la talla de Benito Barrueta (1873-1953), Julián de Tellaetxe, Juan de Aranoa (1901-1973), José María Ucelay, Antonio de Guezala y Ascensio Martiarena (1883-1966), entre otros.

Viar también ha citado a los artistas que optaron por permanecer en el país, más o menos, de acuerdo con la nueva situación política creada. Entre ellos, ha mencionado a los pintores y escultores como Losada, Amárica, Zuloaga, Maeztu, los hermanos Zubiaurre, Salaberría, Larroque y Quintín de Torre.

“Fue a finales de los años 40 cuando se inició una profunda y sorprendente renovación en el arte vasco”, ha afirmado Javier Viar. “En 1949 regresó Ucelay de Inglaterra y desarrolló hasta su desaparición una pintura figurativa de gran calidad e impronta cosmopolita. Puede pensarse en él como el artista vasco que había iniciado su obra en los años anteriores a la guerra que más consiguió mantener intacta su creatividad y hacerla crecer durante la dictadura, al menos entre los que habían sido directamente alcanzados por la guerra. En 1948 también había regresado Oteiza, que había abandonado Euskadi en 1935 y desarrollado en distintos países latinoamericanos una carrera importante como ceramista, escultor y teórico del arte, dentro de unos supuestos de pensamiento estético vanguardista. Por otra parte, ese mismo 1948 inició su carrera un escultor nacido en Donostia, Eduardo Chillida, que iba a situar el arte vasco en los años siguientes en un lugar internacional absolutamente puntero e iba a crear unas pautas estéticas que el arte vasco seguiría a continuación. En 1952 volvió de Argentina también Néstor Basterretxea, exiliado con doce años, que había iniciado allí una carrera como pintor expresionista. Esta nueva etapa nada o casi nada tendría que ver en cuanto a su naturaleza artística con la que la guerra había destruido implacablemente. Sin embargo consiguió imponerse de forma extraordinaria y abrir otro ciclo creativo, sin solución de continuidad, que setenta años después todavía proporciona referencias importantes a ámbitos culturales más extensos que el propio”, ha concluido.

Por otra parte, el periodista y escritor Alberto López Echevarrieta ha ahondado en la represión franquista en el cine y su incidencia en el cine bilbaíno.  Autor de 34 libros, la mayor parte de ellos relacionados con el cine autóctono, y de una tesis sobre “El cine en el País Vasco”, López Echevarrieta ha analizado la situación de los cineastas vascos ante el cambio político generado al pasar de la República a la Dictadura. “Muchos tuvieron que huir, alguno con pena de muerte sobre sus espaldas. Sus obras fueron condenadas al ostracismo cuando no desaparecieron definitivamente”, ha afirmado. En este sentido, López Echevarrieta ha repasado la obra de Mariano Lapeyra, Mauro Azkona, Nemesio Manuel Sobrevila… y de la frustración sufrida al fracasar sus intentos de hacer un cine autóctono.

También ha expuesto los casos de películas que, como “Euzkadi”, “Amor en maniobras” y “Jai Alai”, fueron eliminadas de la circulación comercial sin que en la actualidad quede copia de algunas de ellas.

En la charla López Echevarrieta ha hecho un repaso del motivo que llevó a la creación del noticiario No-Do, que no fue otro que los sucesos ocurridos en Begoña, donde un grupo de falangistas atentó contra un homenaje organizado por los tradicionalistas para honrar a sus muertos en la guerra. 

Alberto López Echevarrieta ha finalizado su intervención recogiendo el eco que aquella represión tuvo en la sociedad civil y que “en una actuación desmesurada de la censura alcanzó extremos dramáticamente cómicos al no respetar ni tan siquiera la propiedad intelectual de los autores extranjeros”.

Por su parte, la subdirectora de Labayru Fundazioa, Igone Etxebarria, ha centrado su discurso en la producción literaria desde principios del siglo XX y en sus protagonistas. Según Igone Etxebarria “el inicio del siglo XX, hasta la Guerra Civil, fue una época de primer nivel para la literatura vasca. El movimiento denominado “Euskal Pizkundea” (Renacimiento vasco) dio un gran impulso a la literatura, así como a otras disciplinas culturales”.

Cabe recordar que de esa época son Orixe, Lauaxeta y Lizardi, creadores de una nueva poesía para las letras vascas, y el grupo de escritores que surgió a su alrededor. Pero la guerra supuso un parón.

“Estos escritores murieron o los mataron. Y los que les rodeaban tuvieron que exiliarse o guardar silencio. La literatura de posguerra, además de escasa, fue un eco de los tiempos anteriores, fue la de la resistencia, hasta que comenzó a surgir una nueva generación de jóvenes escritores a partir de la década de los 60”, ha destacado la subdirectora de Labayru Fundazioa.

Las jornadas continúan mañana, día 19, a partir de las 9:30 en la sede de Sabino Arana Fundazioa. Intervendrán el doctor en Historia Contemporánea por la UPV-EHU, Josu Chueca; el historiador Joseba Lopezortega; y la titulada superior en Música y licenciada en Psicología, Mercedes Albaina.



Ya están disponibles en vídeo las ponencias de las Jornadas MEMORIA DE LA CULTURA VASCA