Nota de prensa 12 décembre 2019

El euskera, además de lengua propia, tiene el reto de convertirse en lengua común

Euskaltzaindia y Sabino Arana Fundazioa han organizado hoy en Bilbao un seminario para reflexionar sobre el euskera y la inmigración. Han intervenido diez ponentes y la mayoría ha destacado que el euskera debe ser un instrumento de cohesión.

El euskera, además de lengua propia, tiene el reto de convertirse en lengua común

El proceso para revitalizar el euskera continúa en todos los aspectos de la sociedad, con un ritmo diferente en cada uno de ellos. Como es sabido, miles de personas venidas de otros países viven entre nosotros y eso ha provocado cambios en el ámbito de la convivencia entre lenguas. En ese contexto, y desde el punto de vista del euskera, ¿hemos sabido acercar a los inmigrantes al euskera? Y, desde el punto de vista de los inmigrantes, ¿para qué les sirve el euskera al llegar aquí?

 

Para responder a esas preguntas y para debatir y compartir experiencias sobre los aspectos que influyen en la convivencia entre lenguas –especialmente, en el euskera-euskarari se han reunido diez expertos en la sede de Sabino Arana Fundazioa, en Bilbao. En la apertura del seminario, Juan Mari Atutxa –presidente de Sabino Arana Fundazioa- ha subrayado que el binomio inmigración y euskera no puede ser considerado como un problema: “La inmigración es un reto, pero nunca un problema. Necesitamos un diagnóstico claro de la nueva realidad y, en esa dirección, acordar una hoja de ruta y trabajar sobre el pacto social que el Gobierno vasco ha puesto en marcha este año”.

 

Seguidamente, Andrés Urrutia –presidente de Euskaltzaindia- ha pedido recursos, y, al mismo tiempo, la implicación de la ciudadanía vasca: “Tenemos que facilitar los recursos para que los nuevos ciudadanos vascos interioricen de forma natural nuestra cultura y nuestra lengua, después de lograr los acuerdos que son imprescindibles. Y en la medida en que ellos realizan un esfuerzo por adentrarse en nuestra cultura, nosotros también debemos hacer un esfuerzo por conocer las suyas”.
 
El euskera, lengua de cohesión

 

Lide Amilibia, viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno vasco, ha mencionado los aspectos más importantes del pacto social vasco sobre la migración, que se ha puesto en marcha este año, sobre todo, los relativos al euskera y la inmigración: “El Pacto subraya que la inmigración es una realidad estructural en Euskadi, y esta realidad necesita una gestión compleja, ya que la migración lo es”. Y ha recordado que el Pacto no es un tratado, sino un inicio, “un esfuerzo por lograr acuerdos, un acuerdo amplio a favor de la pluralidad lingüística, un instrumento que erradique la discriminación”. Asimismo, ha subrayado que la inmigración no es un obstáculo para el euskera, ya que los migrantes se acercan al euskera de “forma natural”. “Debemos ver el euskera como lengua de cohesión”, ha añadido Amilibia, “para lograr una sociedad vasca más pluraral basada en la igualdad”. 

 

Beatriz Otero, profesora de la UPV/EHU, ha desgranado en su intervención las características de la inmigración y las tendencias a futuro. Así, si en 1998 había 26.334 extranjeros, hoy son 221.418. Según Otero, ese flujo compensa el descenso de población de la CAPV, que en los últimos 20 años ha perdido 80.000 habitantes. “Gracias a ellos, nuestra población ha crecido, y hay que tener en cuenta que la mayoría ha venido para quedarse”, ha destacado Oterok, añadiendo un pequeño matiz: “La mayoría son jóvenes (entre 16y 44 años), mujeres, y eso significa que han venido a trabajar”.

 

Eguzki Urteaga, profesor de Sociología de la UPV/EHU, por su parte, ha analizado en su intervención la situación de Ipar Euskal Herria y sus características propias. Tras explicar la evolución del mapa sociolingüístico en los últimos 20 años, Urteaga se ha centrado en los retos a futuro: “Hay que universalizar la enseñanza bilingüe. La ley francesa lo permite, a pesar de que la creación de plazas de profesor depende del Ministerio de Educación, en gran medida. Además, hay que priorizar el modelo de inmersión, bien impulsando las ikastolas, bien generalizando el modelo de inmersión tanto en la enseñanza pública como privada, en primer lugar, en la educación infantil en en primaria y, después, en secundaria”. Y esto lo ha acompañado de datos: “Hoy en día, se aplica el modelo de inmersión en educación infantil se aplica en 38 escuelas, siendo 19 de ellas públicas y otras tantas privadas”. Pero cree que hay que cuidar a los adultos tanto como a los jóvenes: “Hay que impulsar la oferta de euskera para adultos, y, sobre todo, mostrar a todos que el euskera es el mejor instrumento para la integración en Ipar Euskal Herria, ya que no solo es la lengua propia sino que también puede ser la lengua común”.

 

La mayoría de euskoparlantes es tolerante

 

Belen Uranga, técnico del Clúster de Sociolingüística, ha explicado las tendencias principales que la inmigración ha tenido en Gipuzkoa, exponiendo diferentes modelos. Ha comenzado ofreciendo los datos de la pluralidad lingüística en Gipuzkoa, subrayando la enorme diversidad existente en el territorio: “El 80% de la población extranjera proviene de 20 estados diferentes. Por lo tanto, hay al menos más de diez lenguas con un millar de hablantes en Gipuzkoa”. Y ha añadido otro dato sorprendente: “El 20% de la población habla más de 120 lenguas, por tanto, está claro que la pluralidad lingüística está muy enraizada en el territorio, y eso plantea retos enormes”. Según Uranga, el conocimiento y el análisis de estos datos tiene un objetivo claro: “El objetivo es crear un instrumento adecuado para gestionar la diversidad lingüística”.

 

El sociólogo Xabier Aierdi ha repasado los datos y discursos que se manejan en Euskal Herrian sobre inmigración, y después ha explicado lo que el euskera puede ofrecer a la inmigración. “La mayor parte de la población de la CAPV cree que la llegada de inmigrantes extranjeros no va a frenar el desarrollo del euskera; por ejemplo, el índice de tolerancia ha obtenido este año la puntuación más alta en la CAPV (el 75,32 % es tolerante). Esto es, la gente no está demasiado preocupada con este tema, pero sí que hay motivos para la preocupación”, ha señalado. Aierdi también ha destacado que este grupo de personas tolerantes “está formado por unibertsitarios, vascoparlantes y abertzales principalmente”. Asimismo, ha señalado que hay un sector en la sociedad vasca, “una clase urbana y formada”, que tiene un punto de vista abierto hacia el euskera y que escolariza a sus hijos en modelo D. “En cierta forma, ahí está la garantía del euskera”, ha señalado.

 

Ha reconocido que el futuro de la inmigración tendrá que gestionarlo la escuela pública. “Entonces –ha añadido-, debemos empoderar a la escuela pública, dotarle de recursos,  “la inmigración no es una anomalía en nuestro pueblo, y eso tendremos que gestionarlo partiendo desde otra legislación”. “Tendremos que seguir adivinando el futuro, y pensar qué podemos hacer junto a la inmigración en favor del euskera”, ha señalado el investigador. Además, según Aierdi debemos mostrar afectividad hacia las lenguas minorizadas.

 

El seminario se ha completado con dos grupos de intervenciones. En el primero, Ane Urizar profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de MU ha analizado la relación de los jóvenes extranjeros con el euskera; Biotza Piko (Departamento de Educación del Gobierno vasco) e Itziar Lafuente (asesora de normalización ligüística del Berritzegune de Vitoria-Gasteiz) han hablado sobre los nuevas vías para el desarrollo lingüístico escolar del alumnado extranjero; y Mario Zapata, técnico de Topagune, ha tratado el tema de la acogida lingüística de los migrantes.

 

En el segundo grupo de ponencias han intervenido Julen Aranguren, técnico de Inmigración y Diversidad cultural del Ayuntamiento de Zarautz, y Gorka Moreno, investigador y docente de la UPV/EHU (integración lingüística de los inmigrantes de segunda generación), y ambos han analizado la integración lingüística de los nuevos migrantes y la de los inmigrantes de segunda generación.